PERSPECTIVAS SOBRE EL AMOR
Perspectiva psicológica
Tras las investigaciones
efectuadas acerca del amor, Robert J. Sternberg propuso 3
componentes:
- La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
- La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades.
- La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.
Estos tres componentes se pueden relacionar entre sí
formando diferentes formas de amor: intimidad + pasión,
pasión + compromiso, intimidad + compromiso, etc.
Por su parte, analizando la preeminencia de una u otra de
estas distintas prioridades que motivan los vínculos
amorosos, algunos autores como John Lee proponen una serie de
arquetipos amatorios.
Perspectiva biológica
El concepto de amor
no es una noción técnica en biología sino un
concepto del lenguaje
ordinario que es polisémico (tiene muchos significados),
por lo cual resulta difícil explicarla en términos
biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la
biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio
para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la
supervivencia es el fin biológico más importante,
es lógico que la especie humana le confiera al amor un
sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la
supervivencia).
Sin embargo, en la mayoría de las especies animales
parecen existir expresiones de lo que se llama "amor" que no
están directamente relacionadas con la supervivencia.
Las relaciones sexuales con individuos del mismo género
(equivalentes a la homosexualidad
en el ser humano) y las relaciones
sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la
especie humana; comportamientos altruistas son observados desde
individuos de una especie hacia los de otras especies (las
relaciones milenarias entre el ser humano y el perro son un
ejemplo).
Algunos biólogos tratan de explicar dichos
comportamientos en términos de cooperación para la
supervivencia o de conductas excepcionales poco
significativas.
A partir de los años 1990 psiquiatras,
antropólogos y biólogos (como Donatella Marazziti o
Helen Fisher) han encontrado correlaciones importantes entre los
niveles de hormonas como
la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos
(atracción sexual, enamoramiento y amor estable)
Muchos son los símbolos y signos que se pueden emplear para de forma
gráfica, transmitir y comunicar sentimientos de amistad, camaradería,
afecto y amor.